De dónde venimos y hacia dónde vamos. Son preguntas fundamentales sobre nuestra existencia que puede hacer un niño pero cuya respuesta es tan compleja que bien merece un Nobel. Tres famosos astrofísicos han sido galardonados este martes por la Real Academia de las Ciencias sueca por sus impresionantes avances en el intento de contestarlas. El canadiense James Peebles, que recibe la mitad del premio, ha sido reconocido por contarnos la evolución del universo desde el Big Bang hasta el presente, arrojando luz sobre la misteriosa composición del cosmos. Por su parte, los suizos Michel Mayor y Didier Queloz, que comparten la otra mitad, fueron los primeros en encontrar un planeta extrasolar orbitando una estrella, en octubre de 1995. Desde entonces, la «caza» de mundos en otros sistemas, exoplanetas, ha sido imparable: Ahora ya se conocen 4.000. Y quizás alguno de ellos pueda ser habitable.
Según el Instituto Karolinska de Estocolmo, las ideas de Peebles (Winnipeg, Canadá, 1935) fueron decisivas para transformar la cosmología en los últimos cincuenta años, abandonando la especulación y recurriendo solamente a observaciones y medidas para conocer el cosmos. «Su marco teórico, desarrollado durante dos décadas, es la base de nuestra comprensión moderna de la historia del universo», resumió la academia.
Profesor de la Universidad de Princeton (EE.UU.), Peebles identificó la radiación residual dejada por el Big Bang hace casi 14.000 millones de años. Codificados en ella, están ocultos muchos de los secretos de esa gran explosión. Sus cálculos también nos muestran un universo en el que solo se conoce el cinco por ciento de su contenido, la materia de la que están hechas las estrellas, los planetas o nosotros mismos. El resto, el 95 por ciento, es materia oscura y energía oscura, por ahora desconocidas y un auténtico desafío para la física moderna.
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