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jueves, 20 de enero de 2011

Elena Peraza, la única Defensora local del Ciudadano en Canarias - Diario de Avisos - martes 18 de enero de 2011


Lleva casi tres años atendiendo demandas en su tarea de "asesoramiento, mediación y solución", que está bien considerada por los vecinos
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NORBERTO CHIJEB
CANDELARIA

Licenciada en Derecho, Elena Peraza Quintero es desde hace casi tres años la única defensora local del Ciudadano que existe en Canaria y una de las setenta que actualmente hay en toda España, después de que se creara esta figura en Málaga, en febrero de 2008, el Foro Estatal de Defensores Locales, un órgano unipersonal a semejanza del Diputado del Común o del Defensor del Pueblo.

El municipio de Candelaria cuenta con esta figura desde hace tres años, mientras que las capitales canarias, por ejemplo, tienen la comisión especial de sugerencias y reclamaciones, sujeta al poder político. Elena Peraza sólo rinde cuentas ante el Pleno del Ayuntamiento de Candelaria, considerando que hasta ahora su labor "está siendo entendida y muy valorada por los ciudadanos", aunque entiende que éste es un trabajo "más de asesoramiento y mediación que de regulación o solución", aparte de recibir sugerencias cada día de los candelarieros a través de Internet o en la propia oficina municipal, abierta de lunes a viernes, en horario de mañana.

La única Defensora del Ciudadano de Canarias comenta que las "quejas que llegan a mi despacho se puede entender que son de segunda instancia, cuando no se resuelven en la concejalía o el área de turno. Yo trato de estudiar el contenido para saber si es conveniente o no darle trámite. Si luego no es atendida la demanda, yo no puedo hacer nada más, aunque muchas veces mis informes son utilizados por los ciudadanos en el juzgado, en un contencioso administrativo. Al menos hemos tratado que muchas denuncias no queden en saco roto".


Las quejas van disminuyendo
Más conocimiento igual a menos quejas. Peraza considera que a medida que el ciudadado ha conocido su trabajo han ido disminuyendo las reclamaciones. Así, en 2008 atendió 88 quejas, mientras que en 2009 fueron 77, algo similar a 2010.

De Igueste y Araya, a las ramblas. Durante su primer año de experiencia, la Defensora del Ciudadano recibió más quejas de las medianías que del llamado casco de Candaleria. Así Igueste yAraya se llevaron la palma en 2008, y ahora el número de quejas se centra en rambla de los Menceyes y la avenida Marítima.

De urbanismo a las cacas de las mascotas. Las principales quejas de los candelarieros se han producido en urbanismo y contra la empresa Aqualia, concesionaria del servicio de agua potable. Ahora se han incrementado las reclamaciones por falta de limpieza en el viario público en todo el municipio, rotondas en Barranco Hondo -que son supramunicipales- y las cacas de las mascotas en las ramblas.

lunes, 3 de enero de 2011

MI BARBERIA // ARTICULO DIARIO DE AVISOS. 3-12-2011


Más que una barbería en El Toscal

Manolo Gorrín y Salvador Romero llevan 50 años atendiendo a sus clientes en ‘My Friend’.

LUIS F. FEBLES
SANTA CRUZ DE TENERIFE

En la calle San Francisco del popular barrio del Toscal se encuentra una de las barberías más antiguas de la capital. Inaugurada en agosto de 1972, en la barbería My Friend el tiempo se detiene y el afeitado se convierte en el rito pausado de un oficio que une tradiciones centenarias. Las experimentadas manos de sus dos propietarios, Salvador Romero y Manolo Gorrín, llevan más de 50 años cortando los cabellos y rasurando las barbas, patillas y bigotes de miles de santacruceros. La barbería My Friend es más que un lugar donde se corta el cabello o se afeita. Es un espacio de reunión y de tertulía donde sus clientes y amigos hablan de los goles del Tenerife, de lo mal que lo hace el partido político de turno o del guachinche que tiene el mejor vino de la zona.

Con tan solo 12 años, Manolo Gorrín comenzó a dedicarse a este oficio de la mano de su padre que lo introdujo en su barbería como aprendiz y desde muy pequeño empezó a conocer los secretos de la que sería la profesión de su vida. Para sus propietarios, su negocio es "una barbería clásica que ha sabido mantener la esencia de antaño" aunque también han conseguido adaptarse a los nuevos tiempos y a lo que ellos denominan los "pelados modernos" que demandan los jóvenes. La clientela que acude a la barbería suele ser de todas la edades aunque como indica Romero, "suelen venir señores entre 50 y 70 años ya que tenemos una clientela fija con más de 30 años de fidelidad".

La especialidad de My Friend es el corte de pelo de caballero pero también mantiene el antiguo afeitado con navaja. Médicos, abogados, políticos y hasta artistas de la talla de Caco Senante han acudido a la Barbería de Salvador y Manolo.

Pese a la crisis y a la oleada de peluquerías que pueblan todas las calles de la ciudad, el negocio sigue adelante gracias a su clientela fija y a la conservación de un estilo propio. Como indica Romero, "nosotros seguimos apostando por un estilo clásico aunque existan muchas peluquerías nuevas en nuestro barrio, nos parece bien que abran nuevos centros de peluquería pero nosotros somos fieles a nuestra tradición y corte". Con tan solo un vistazo se puede observar el ambiente tradicional, propio de una barbería de las de "antes". Maquinillas, navajas, tónicos y las sillas tradicionales componen la "mesa de operaciones" de estos dos maestros del corte.

Muchas son las anécdotas que cuentan Salvador y Manolo entre la jocosidad y el asombro. Sobretodo destacan la extraña situación que les ocurrió hace años. "Una vez vino un señor a pelarse acompañado por dos niños y me dijo que lo pelara primero a él. Al terminar, me dice que va a sacar dinero y que vaya cortando a los niños. Ellos me dijeron que no le conocían de nada y fui detrás de él pero no puede cogerlo y al final se fue sin pagar utilizando a los niños como cebo", relata Romero. De su barbería, Gorrin destaca "el buen ambiente" y la cantidad de "buenos momentos" que pasan juntos. Salvador y Manolo representan la perdurabilidad de una profesión que por mucho que se innove a una velocidad de vértigo, la esencia de lo tradicional y lo clásico se pueden conjugar con la modernidad que exige nuestro tiempo.