La Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo ha distinguido con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología a Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi "por sus descubrimientos relacionados con la tolerancia inmunitaria periférica". Sus trabajos han identificado a los guardianes de seguridad del sistema inmunitario, las células T reguladoras, que impiden que las células inmunitarias ataquen nuestro propio cuerpo. Estos hallazgos han sentado las bases para nuevos campos de investigación e impulsado el desarrollo de tratamientos, por ejemplo, para el cáncer y las enfermedades autoinmunes.
Este año la institución sueca ha puesto el foco en cómo el sistema inmunitario del cuerpo debe estar regulado, o podría atacar nuestros propios órganos. Por eso ha destacado el trabajo de estos investigadores que ha señalado diferentes mecanismos que impiden que el sistema inmunitario dañe al organismo.
Diariamente, nuestro sistema inmunitario nos protege de miles de microbiosdiferentes que intentan invadir nuestro cuerpo. Todos estos tienen apariencias diferentes, y muchos han desarrollado similitudes con las células humanas como forma de camuflaje. La clave es: ¿cómo determina el sistema inmunitario qué debe atacar y qué debe defender?
"Sus descubrimientos han sido decisivos para comprender cómo funciona el sistema inmunitario y por qué no todos desarrollamos enfermedades autoinmunes graves", afirma Olle Kämpe, presidente del Comité Nobel, a través de un comunicado
El secretario del comité Nobel para el premio en Medicina o Fisiología, Thomas Perlmann, ha sido el encargado de comunicar la buena noticia a los premiados, aunque ha confesado que solo ha localizado a Shimon Sakaguchi, y que intentarán ponerse en contacto con Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell "a lo largo del día".
Sakaguchi (1951, Nagahama, Shiga, Japón), que trabaja en la Universidad de Osaka, trasladó a Perlmann su emoción en la llamada telefónica que mantuvieron. En el centro nipón ha desarrollado su carrera investigadora en Inmunología, reconocido (ahora laureado por el Nobel) por su descubrimiento de las células T reguladoras (Tregs): un componente indispensable del sistema inmunológico para el mantenimiento de la autotolerancia y la homeostasis inmunológica.
Brunkow (1961) en el Institute for Systems Biology, en Seattle, centrada en genómica familiar a través de una amplia variedad de áreas de enfermedades, biología de sistemas de la enfermedad de Lyme, biomarcadores de sepsis y bienestar científico. Lleva una década trabajando en desarrollos biotecnológicos.
Ramsdell (1960, Elmhurst, Illinois) desarrolla su carrera investigadora en Sonoma Biotherapeutics, San Francisco. Es uno de los cuatro fundadores de la empresa. Antes de esto, fue responsable del Instituto Parker de Inmunoterapia del Cáncer, donde ayudó a construir y avanzar múltiples programas de investigación desde el inicio del centro. Dirigió el equipo que descubrió y caracterizó FoxP3, un gen crítico para la función de las células T reguladoras.
Tras el galardón de Medicina, que abre todos los años la entrega de los Nobel, seguirán el de Física el martes 7 de octubre, Química el miércoles 8 y Literatura el jueves 9. El viernes 10 se concederá el Nobel de la Paz y, finalmente, el galardón a las Ciencias Económicas se anunciará el lunes 13.
CÓMO DESVELARON EL FUNCIONAMIENTO DEL ESCUDO DEFENSIVO
Como apuntan desde la academia sueca, Sakaguchi iba a contracorriente en 1995, cuando realizó el primer descubrimiento clave. En aquel entonces, muchos investigadores estaban convencidos de que la tolerancia inmunitaria solo se desarrollaba gracias a la eliminación de células inmunitarias potencialmente dañinas en el timo, mediante un proceso denominado tolerancia central. Sakaguchi demostró que el sistema inmunitario es más complejo y descubrió una clase de células inmunitarias previamente desconocida, que protege al organismo de las enfermedades autoinmunes.
Brunkow y Ramsdell realizaron el otro descubrimiento clave en 2001, al explicar por qué una cepa específica de ratones era particularmente vulnerable a las enfermedades autoinmunes. Descubrieron que los ratones presentaban una mutación en un gen al que denominaron Foxp3. También demostraron que las mutaciones en el equivalente humano de este gen causan una grave enfermedad autoinmune, la IPEX.
Dos años después, Sakaguchi logró vincular estos descubrimientos. Demostró que el gen Foxp3 regula el desarrollo de las células que identificó en 1995. Estas células, ahora conocidas como linfocitos T reguladores, monitorizan a otras células inmunitarias y garantizan que nuestro sistema inmunitario tolere nuestros propios tejidos.
Los descubrimientos de los galardonados impulsaron el campo de la tolerancia periférica, impulsando el desarrollo de tratamientos médicos para el cáncer y las enfermedades autoinmunes. Esto también podría conducir a trasplantes más exitosos. Varios de estos tratamientos se encuentran actualmente en ensayos clínicos.
VALORACIÓN DE LA COMUNIDAD CIENTÍFICA
"Estamos ante un avance transversal", valora Luis Vallina, jefe de la Unidad de Investigación Clínica en Inmunoterapia Oncológica CNIO-HMarBCN, Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Este investigador subraya las múltiples repercusiones que las bases moleculares que los laureados han conseguido mediante sus trabajos. "Esto nos invita al desarrollo de diferentes estrategias inmunomoduladoras dirigidas a restaurar la tolerancia en enfermedades autoinmunes, reducir el rechazo de trasplantes y modular la respuesta antitumoral en cáncer".
En el Laboratorio de Inmuno-regulación del Hospital Gregorio Marañón, el equipo de investigadores de Rafael Correa Rocha da fe de lo que suponen estos hallazgos. "Somos pioneros en el uso de terapias basadas en las células T reguladoras que controlan y reducen las respuestas inflamatoriasinadecuadas en los procesos de trasplantes", asegura. Las han empleado con éxito en nueve bebés, en los que emplearon estas células alojadas en el timo, para evitar el rechazo de órganos. "El desafío está en trasladarlo a los adultos", cuenta Correa Rocha. Este investigador augura el inicio de una revolución de las terapias celulares, "su impacto va a predecir grandes innovaciones en los años que vienen".
Pablo Lapunzina, jefe de grupo de la U753 CIBERER en el Instituto de Genética Médica y Molecular (INGEMM) del IdiPAZ-Hospital La Paz también destaca las implicaciones revolucionarias de los trabajos laureados. "Sus hallazgos revelaron las bases celulares y genéticas que mantienen el equilibrio del sistema inmunitario y abrieron el camino a nuevas terapias para enfermedades autoinmunes, trasplantes y cáncer, transformando la inmunología moderna". Además, señala que "el comité acertó al reconocer tanto la observación biológica (Sakaguchi) como la base genética y clínica (Brunkow y Ramsdell)".
María Casanova Acebes, doctora investigadora en el Grupo de Inmunidad del Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), comenta a Science Media Center (SMC), que acogen "con muchísima alegría" esta distinción dentro de toda la disciplina de la inmunología y especialmente la Sociedad Española de Inmunología. "Lo que básicamente refleja el galardón es que Shimon Sakaguchi describió las células T reguladoras y tanto Brunkow como Ramsdell profundizaron en los mecanismos que permiten que estas células T impidan la capacidad autorreactiva en nuestro organismo".
"Un año más, el Nobel vuelve a destacar avances en inmunología, lo que pone de manifiesto la importancia central que tiene la inmunología en la medicina actual", manifiesta José Gómez Rial, jefe de Servicio de Inmunología en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS) a SMC. "Gracias a este hallazgo hoy comprendemos mucho mejor las enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1 o la esclerosis múltiple, y también se han abierto nuevas estrategias para tratar el cáncer, los trasplantes o la inflamación crónica", añade.

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